El poder de organizar tus números

Carmen y Alicia eran dos jovencitas universitarias que empezaron a trabajar en una empresa multinacional que se dedicaba a prestar servicios. Ambas tenían la misma posición y el mismo salario.

Carmen usó su primera quincena para pagar el dinero que había tomado prestado para comprar ropa de trabajo, pues era su primer trabajo y tenía que armar su closet con ropa de oficina.

Con su segunda quincena fue al banco a abrir una cuenta de ahorro y le puso como nombre “cuenta carro”. Cuando Alicia supo de esta idea le dijo “con este salario no se puede comprar un carro”. Carmen siguió enfocada en su idea. Ambas vivían aun con sus padres e iniciaron a trabajar más que todo para ganar experiencia. Sus circunstancias eran muy similares.

Al cabo del primer año Carmen ya tenía el inicial para comprar su carro, financiando 65% de su valor y se quedó con dinero en la cuenta para imprevistos ya que el vehículo que estaba comprando era usado y era probable tener que gastar dinero en el mecánico más allá de los mantenimientos de rutina.

En ese momento Carmen podía tomar el préstamo a dos años comprometiendo su salario completo para cubrir la cuota o bien podía tomarlo a tres años con una cuota más baja pero que le permitía comprar combustible y tener algo de dinero para ocio. Así que eligió la segunda opción además de que ya estaba próxima a recibir un aumento de sueldo.

Alicia al ver materializarse el deseo de Carmen se dio cuenta de que, con ese salario, más el aumento que venía, sí era posible comprarse su vehículo. Y lo hiso.

¿Qué cambió? Cambió su mentalidad y orden con sus números. Al tener una meta definida ya era más fácil organizarse para lograr una meta retadora pero realista. Al crear un presupuesto y conocer sus números, fue capaz de lograr algo que en su mente no era posible.

Más adelante Carmen empezó a ahorra para irse a España y hacer una maestría con una beca que cubría inclusive los gastos de manutención, sin embargo, enfermó y tuvo que gastar todos sus ahorros en esa enfermedad ya que para sus padres y familiares no era posible asumir esos gastos. Carmen tenía dos formas de asumir esa realdad: i) o se quejaba de que se quedó sin dinero para la maestría o ii) podía agradecer que pudo recuperar su salud cubriendo todos sus gastos sin endeudarse ella o su familia.

Más adelante, y recuperada de salud, Carmen logró que en su trabajo le cubrieran el costo de un postgrado. Así que pudo seguir preparándose y aumentando su valor como profesional, lo cual se tradujo más tarde en un mejor salario.

A partir de ahí cada vez que le aumentaban el salario trataba de destinar la mayor parte de ese aumento al ahorro. Con ese ahorro más adelante pudo pagarse una maestría y repetir el ciclo.

Llegó un momento en el que Carmen podía ahorrar la mitad de su salario aun cuando cubría sus gastos personales, aportaba dinero a sus padres para los gastos de la casa y disfrutaba ir de viaje una vez por año.

Después de algún tiempo, pudo con sus ahorros, comprar un vehículo del año sin financiarlo, aportar el inicial de su apartamento y pagar por dos procesos de fertilización in vitro, todo en el mismo año.

¿Pero cómo Carmen logro todo esto?

    • Conociendo sus números: Constantemente tomaba decisiones basada en sus posibilidades y metas y circunstancias.

    • Poniéndose metas retadoras pero realistas.

    • Haciendo presupuestos: Tenía un presupuesto mensual donde la primera transferencia era el monto que iba a ahorrar.

    • Revisando periódicamente como se iba acercando poco a poco a su meta: Mantuvo dos cuentas de banco para ahorros. Una de ahorro a largo plazo y otra para pagar gastos imprevistos o no recurrentes como pólizas de seguro, viajes, y similares.

El poder de organizar tus números radica en ser independiente de mente, en donde tus decisiones se basan en un estado de tranquilidad que te permite pensar de forma clara y tener la certeza de saber que puedes resolver las situaciones económicas que se presentan. Ya no te ves tan sesgada por la preocupación por conseguir el dinero.

Conocer y organizar tus números te da poder de negociar, de definir plazos y evitar frustraciones. Cuando tienes tus números organizados te sientes autosuficiente, no desde el ego, sino desde la satisfacción que te produce el logro de metas. Eso anima, empodera. De saberte lo suficientemente enfocada y disciplinada como para alcanzar esas metas que te planteas porque sabes que, basado en tus circunstancias actuales te va a tomar x tiempo conseguirla, y te sabes lo suficiente como para honrar tu esfuerzo y merecimiento. Sabes que puedes optimizar tus recursos mas allá del dinero, porque también se trata de tiempo, calidad de vida y bienestar personal.

Organizar tus números puede parecer estresante hasta que probando distintos métodos encuentras uno con el que te sientes cómoda y logras ver resultados. Si los resultados (el premio) son suficientemente buenos como para hacer el sacrificio de organizar tus números, llega el día en que se hace un hábito que quieres y deseas mantener en tus rutinas.

Organizar tus números puede ser un pequeño paso para lograr grandes cambios en tu vida y en tu negocio.

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