Es bien sabido el problema que representan los impuestos para las pequeñas y medianas empresas (PYMES). La queja más frecuente es como se ve afectada la liquidez de la empresa o que los impuestos diluyen la rentabilidad de ésta. Eso sin dejar de lado la carga de trabajo adicional que representa hacer las remisiones de información a través de los formatos de envío de datos y presentación de declaraciones.
En vista de esta realidad sería bueno reflexionar sobre la cantidad de negocios que incluyen los impuestos dentro de su planificación presupuestaria, o cuántos consideran la carga impositiva al momento de establecer los precios de venta de sus bienes y servicios… responder las dos preguntas anteriores pueden ser herramientas poderosas para mitigar el efecto negativo de los impuestos.
Una opción viable es acogerse al Procedimiento Simplificado de Tributación (PST), sin embargo, actualmente no todas las PYMES cumplen con los requisitos para poder acogerse. El PST está siendo revisado y pronto deberíamos conocer todos los cambios. Por ahora solo se conoce la propuesta de un monotributo.
Como lo haces?
Primero para planificar los impuestos debes considerar el calendario del contribuyente publicado por la DGII. En él debes consultar las fechas límites de presentación y pago de los impuestos con los que debes cumplir.
También hay que tener en cuenta, a la hora de contratar, por ejemplo, a proveedores informales, aplicar las retenciones y mencionarlas en el momento de negociar la remuneración por los servicios contratados. Ese dinero con el que te quedas (que retienes) no es un ingreso tuyo, debes pagarlo a la DGII, así no afectas tu bolsillo. Lo mismo pasa con el Impuesto a la Transferencia de Bienes Industrializados y Servicios (ITBIS). Cuando realices el cobro de una factura, asume como ingreso, únicamente tus honorarios, lo que recibes por el ITBIS no lo debes tocar. Procura reservarlo para pagarlos dentro de la fecha límite.
Por otro lado, para definir un precio de venta que te permita obtener suficientes beneficios luego de cubrir el Impuesto Sobre la Renta (ISR) al final del año, debes conocer cual es la tasa del impuesto efectivamente pagada. El ejercicio puede ser sencillo: divide el monto del impuesto liquidado en tu declaración del año anterior, por el monto total de ingresos operativos que tuviste en el año. Si, por ejemplo, el resultado de esa división da un 2.00%, quiere decir que dos centavos de cada peso que ganas los pagarás de ISR al finalizar el año. Si quieres tener un dato aún más preciso, puedes hacer este mismo ejercicio por al menos los últimos 3 años y calcular el promedio de tu tasa efectiva.